
Reflexiones: el blog de Fundación Manantial
“Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo”
“Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo” (Ludwig Wittgesnstein)
Amina, Hasna, Olfa y Fátima hablan en árabe y comparten una historia parecida. Ellas dejaron sus países de origen para unirse a sus maridos, que años antes habían emprendido la aventura de venir a España en busca de un trabajo que les permitiera progresar económicamente. Se asentaron en uno de los barrios más humildes de Madrid, la zona antigua de San Blas, donde se podían permitir pagar el alquiler de un piso. Actualmente, dedican la mayor parte del día al cuidado de los hijos y aprovechan los ratos de ocio para juntarse entre ellas y compartir risas, preocupaciones y anhelos.
Les preocupa mucho que su condición prive de oportunidades a sus hijos, ya que no dominan el idioma. Les intranquiliza cómo explicarle al médico lo que les pasa, cómo poderles echar una mano con los deberes o cómo entender la nota que les manda la maestra.
El conocimiento de esta circunstancia nos llegó al Centro de Rehabilitación Laboral “San Blas” a través de la comprometida directora del colegio. Nos pareció una oportunidad perfecta para que algunas de las personas con las que trabajamos pudieran socializar, desarrollar sus inquietudes por ayudar a otras personas, conocer otras realidades y luchar contra el estigma de la enfermedad mental de la forma más eficaz: dejándose conocer.
Desde el Centro de Rehabilitación Laboral hemos buscado generar un espacio en el que compartir algo más que nuestro idioma. Acercar realidades que conviven en la misma ciudad y, en muchas ocasiones, son miradas con recelo por falta de entendimiento. Normalizando la diferencia y descubriendo lo que nos une, emociones como la alegría, las ganas de mejorar y de conectar con los demás.
Con el grupo de castellano tratamos de poner un granito de arena para que nuestro entorno sea más amable e integrador. Porque entendemos que, tanto la barrera idiomática como la enfermedad mental, generan distancia, incomprensión e intolerancia. Porque nadie mejor que el diferente puede enriquecer la sociedad, si se le dan la oportunidad y los recursos.
Alberto Cembranos, maestro de taller del Centro de Rehabilitación Laboral “San Blas”
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“Herramientas informáticas útiles para el trabajo diario”
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