Empecé casi por obligación y no me gustaba nada. Sesiones cortas, con el objetivo de llegar a 30 minutos, parecía inalcanzable.
Ahora, soy capaz de correr una hora y lo encuentro una manera de matar el estrés y la ansiedad. Me hace pasar el resto del día mejor y olvidar los problemas.
Llevo seis meses corriendo y me ha cambiado la forma de ver la vida. Me he dado cuenta que es una actividad buena para mí.
Hoy por hoy, mi cuerpo me pide hacer deporte, mi mente se airea y veo las cosas desde otra perspectiva. Me cuido más física y mentalmente, me encanta salir, estoy motivado…en el futuro deseo correr más y más.
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