Esta letra la escribí hace unos años según fui informándome y tomando conciencia de la enfermedad para darme más cuenta si cabe de que todos somos iguales. Bueno, no todos, algunos idiotas todavía ponen etiquetas y crean estigma.
Sociedad idiota por Pio, Pedro A. Lara
Algunos me llaman loco,
y lo estoy, pero muy poco,
comparado con el resto,
comparado con los otros.
Algunos me llaman raro
por no seguir al ganado,
por nadar a contranado
muchos ya me han condenado.
¿Y quién demonios
os ha preguntado
u os ha pedido
vuestra opinión?
No quiero que pidáis perdón,
sólo que paséis de largo.
Algunos me llaman tonto
y lo fui por escucharlos,
ahora los oídos tapados,
para los necios sordos estamos.
Y es mejor,
que se olviden de mí,
no seguiré las pautas
ni el dictamen
de una sociedad idiota,
aunque sea un marginado
mi dignidad no acabará rota,
me declaro en rebeldía:
vuestras causas no son las mías.
¿Y quién demonios
os ha preguntado
u os ha pedido
vuestra opinión?
No quiero que pidáis perdón,
sólo que paséis de largo.
Me llaman cosas peores
esos que se creen mejores,
esos seres superiores
que me resultan mediocres.
Lo importante está en el corazón
y el mío os devolverá con brío
cada golpe recibido,
la venganza se sirve en frío,
pero no estoy para venganzas,
vuestras burlas, vuestras chanzas
voy guardando en un bolsillo
con un agujero al fondo
para perderlas por el camino.
Y es mejor,
que se olviden de mí,
no seguiré las pautas
ni el dictamen
de una sociedad idiota,
aunque sea un marginado
mi dignidad no acabará rota,
me declaro en rebeldía:
vuestras causas no son las mías.
¿Y quién demonios
os ha preguntado
u os ha pedido
vuestra opinión?
No quiero que pidáis perdón,
sólo que paséis de largo.
No llaméis más a mi puerta,
me alejo como ermitaño
de lo que me hace daño
y siento una paz inmensa,
la felicidad está en nuestras manos
somos quienes la construimos
y lo absurdo, lo que es vano,
quedará fuera de plano.
Y es mejor,
que se olviden de mí,
no seguiré las pautas
ni el dictamen
de una sociedad idiota,
aunque sea un marginado
mi dignidad no acabará rota,
me declaro en rebeldía:
vuestras causas no son las mías.
¿Y quién demonios
os ha preguntado
u os ha pedido
vuestra opinión?
No quiero que pidáis perdón,
sólo que paséis de largo.
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