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20/07/2016
En el tercer encuentro del Café de las voces contó con la presencia de David Vicente, escritor, guionista y colaborador en numerosos medios de comunicación. El escritor introdujo a los 40 participantes en la construcción de personajes sólidos, capaces de generar luces y sombras.
El disparador fue un cuento de Truman Capote, “Un visón propio”, que David leyó y analizó con los presentes mostrándoles el ejercicio de construcción de personajes y la persona que se escondía tras ellos: un escritor taciturno, rodeado de la jet set, pero tremendamente solo. Explicó que lo importante para que un personaje sea creíble es conocer sus motivaciones profundas, su “latido del deseo” y que en literatura es más importante mostrar cómo es el personaje (qué hace, que dice, qué piensa) que describirlo: “No lo cuentes, muéstralo”.
Algunas preguntas que revoloteaban por la sala fueron: ¿personaje y persona son la misma cosa?; ¿Podemos las personas albergar diversos personajes con los que dialogar, debatir o enfadarnos?; ¿Puede el personaje canibalizar a la persona sin que quede rastro de ella?; ¿Toda ficción habla de uno mismo?; si somos capaces de averiguar el latido del deseo de nuestros personajes ¿averiguaremos algo más sobre el propio?
La vida como relato de ficción fue otra idea a debatir. Todas las personas se sienten alguna vez protagonistas, antagonistas, e incluso personajes secundarios de su propia vida. Se habló de cómo la vida de las grandes novelas carece de partes aburridas como una especie de “mejor versión de la vida real” en la que uno recorta todo lo accesorio.
El Café de las Voces para su programación durante el mes de agosto, pero reanudará su actividad en septiembre.
Más información: El Café de las voces llega a Madrid de la mano de Fundación Manantial