Blog Fundación Manantial
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22/09/2015
Tu sufrimiento mental, lo hacen suyo
Me gustaría pensar que los derechos de las personas que pasan por la experiencia de un ingreso han mejorado, pero la realidad es que muy poco, porque aún hay un vacío legal, o por lo menos ético, de quien se hace cargo o tutor de tu estado mental, sea familia, papá Estado o cualquier otro lugar “legal” al que destinen tu caos mental.
Y esta situación añade un hecho más a la obviedad más grande que tienes: estorbas, puede parecer duro, pero estorbas, no rehaces tu vida al ritmo “convencional” o al que debería ser el propio, y pierdes tu autonomía económica, social, laboral y, aunque duela, familiar.
Tu sufrimiento mental lo hacen suyo, y no encajas…se busca una salida a tu «no normalidad» -sencillo- cortamos radicalmente el hilo tan delgado que te conecta con la realidad y ya está.
Se te aísla, sin preguntar, o sin darte el tiempo que cada mente reacciona a un duelo, un trauma, o cualquier suceso que paraliza, esa capacidad que una vez tuviste, y que ahora se supone que no posees.
Y la respuesta a ese abanico tan bonito de posibilidades para el resto de tu vida es silencio, sí, les regalas el más largo de tus silencios, y en tu interior crece el más amargo de los rencores. Me explico: he tenido compañeros con sufrimiento mental que realmente no conocían el camino que utilizar para arrancar con la vida después de un ingreso.
El verdadero problema, y por eso uno abriga ese rencor, es que el sistema es el mismo, la química es la misma para problemáticas distintas, la cronicidad tiene el mismo rasero para todos, los sitios donde uno debería recuperarse no son ni están estructurados, ni sanitaria, ni profesionalmente para recuperarte.
De verdad, es tan complicado no utilizar las mismas herramientas, químicas, sociales y judiciales. Joder, no falta tiempo para atender, FALTAN PROFESIONALES EN ACTIVO y no están en activo porque no existan, sino porque están en el paro. Y LOS LUGARES DONDE RECIBIR TRATAMIENTOS DE CALIDAD SON HOSPITALES Y CENTROS, o privatizados o semiprivatizados, y fundaciones u organizaciones que tienen que mendigar fondos a base de subvenciones y proyectos viables que les parezcan viables, o sea, rentables.
La palabra rencor que mencioné antes se queda corta. A esta se le añade IMPOTENCIA, eso desde mi perspectiva, que se me da la oportunidad de explicarme y compartir mi experiencia, pero desde la perspectiva de compañeros míos de sufrimiento mental que les cuesta responder a un hola, o que cuando les preguntas qué tal te contestan un seco bien, porque el producto que corre por sus venas, no les permite contestar con fluidez, entonces el rencor y la impotencia se queda corta.
Por si a alguien le interesa, afortunadamente algunos han salido y hemos sobrevivido a tal SISTEMA, y podemos compartir que es desde el interior de uno mismo como construimos, nos levantamos y nos sostenemos.
A base de auto recetarnos un poco de MODESTIA.
La definición de esta palabreja es, entre otras, «la capacidad de saber tus límites y a un ritmo propio y real buscar hasta donde puedes llegar». O preguntarte ¿qué haré cuando se me presente la oportunidad de demostrar que mi ser y mis capacidades siguen estando dentro de mí?
Y a partir de ese momento, mirar modestamente cara a cara a la vida, aunque a los ojos de los demás no parecerá mirarla cara a cara con fuerza, ni levantarse como un coach gritándose al espejo «TÚ PUEDES, TÚ PUEDES. ALE SUPERMAN, A POR TODO».
No, será tímidamente y con modestia, y si alguien quiere comprobarlo que cuando a uno de mis compañeros de viaje le de los buenos días o le diga qué tal está, se pare a mirarle o a mirarme a los ojos, para leer que es desde esa posición, tímida y con modestia, como fortalecemos nuestros pasos.
Lentos quizás, pero no por nuestra culpa, sino por el ritmo de la estructura de mierda de salud mental de este país. Por cierto la modestia, humildad, educación y respeto serían un buen referente para el cambio.
Efrén Rodriguez
Si quieres contarnos tu experiencia o denunciar algo relacionado con el estigma o la exclusión que sufren los afectados por algún trastorno mental puedes enviarlo a la siguiente dirección de correo unomas@fundacionmanantial.org. Estaremos encantados de escucharte y ayudarte.
Está demostrado que, económicamente para muchos, es más rentable vender pastillas que arrasen con la singularidad de una persona para que así no estorbe. Podríamos pensar en lo rentable que sería para muchos más dejar de arrasar singularidades y que esas mismas personas aportasen su valor a la sociedad.
7 veces estuve ingresado en la planta de psiquiatria de dos hospitales públicos (creo que todavía lo eran) y siempre he tenido esa sensación de estar encerrado, atiborrado de pastillas y desarrollando unos intintos primarios ahí dentro como de supervivencia… Si bien reconozco que la Reforma Psiquiátrica de los 80 supuso cierre de manicomios, todavía queda mucho por hacer (en otros países ya lo hacen). Tenemos una sanidad, sobre todo los Centros de Salud Mental que ofrecen servicios por debajo de un mínimo deseable (como hablabas en otro post que pedías cita 20 minutos cada 4 meses). Y lo peor, tantos médicos en el paro, algunos de los cuales se van al extranjero, mientras aquí haya muchos empeñados en no cambiar el sistema. Y coincido también con Antonio Carralón en lo que dice de los laboratorios farmacéuticos: un negocio redondo a costa de millones de pacientes. Muchas gracias por tu post, Efrén, y un saludo.