Blog Fundación Manantial
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07/10/2014
A menudo cuando paseo por la Gran Vía de Madrid veo a personas, mendigos sin hogar, que piden dinero. Me llama la atención que estas personas, desgraciadamente, han llegado a mimetizarse hasta tal punto con el paisaje urbano que casi parecen invisibles. Los vemos como si fueran un elemento más (como podría ser un banco o un árbol, por poner dos ejemplos) de la ciudad.
Creo que pocas veces nos atrevemos a preguntarnos a nosotros mismos las razones por las que estas personas “sin techo” han llegado a acabar donde están ahora. Supongo que casi la totalidad de ellos tienen una enfermedad mental, como yo. Pero hay una gran diferencia: ellos ya no tienen una familia, unos amigos o unos recursos que los apoyan y los ayudan a salir adelante. Tal vez escaparon un día se sus casas abrumados por un enorme malestar en su interior, que les impidió percatarse de que huían hacia algo aún peor (o no). Tal vez llegaron a un punto en el que no veían más alternativa que escapar como fuera del dolor insufrible que albergaban, un dolor acrecentado a la enésima potencia debido a la incomprensión de su entorno.
Y yo me pregunto, ¿qué puede hacerse por estas personas? Un amigo mío, que es trabajador social, me hablaba sobre la falta de implicación que las personas sin hogar tienen para normalizar sus vidas, aunque solo sea un poquito. Prefieren vivir en la calle a alojarse en un albergue, e incluso si pueden, no acudir a un comedor.
A lo mejor puede parecer raro, pero lo veo lógico: cada persona con la que se topaban en su “antigua vida normalizada” únicamente veía en ellos a un enfermo. Una persona irrecuperable para la sociedad y merecedora del desprecio de sus vecinos. Cuando cayó el último apoyo en sus vidas, eligieron (¿o fueron obligados a?) escapar como fuera de ese lugar en el que nadie les quería ya. Y ahora ven el mundo como algo sin sentido y a los que vivimos en él como seres maquiavélicos que les odian y a los que les gustaría que desaparecieran para siempre.
Pues bien, lo hemos conseguido. Las personas “con techo” ya no nos percatamos de que hay otras mucho menos afortunadas que nosotros. Que están ahí. Que malviven ahí. Nos hemos olvidado de ellos hasta tal punto que han desaparecido de nuestro campo de visión y de nuestra memoria.
Muy triste, ¿verdad? Esta tarde, cuando pasee de nuevo por la Gran Vía, intentaré (no es difícil en absoluto) alejar de mi vida a esas personas, ignorarlas. Todos lo hacemos y por ello mi indiferencia tiene justificación. Pero hay algo muy escondido en mi interior, algo que no quiero escuchar porque es molesto: nuestra manera de pensar está contribuyendo a la exclusión de otros seres humanos. Y TODOS podemos caer en la espiral sin salida en la que ellos viven.
Álvaro Villalón
Si quieres contarnos tu experiencia o denunciar algo relacionado con el estigma o la exclusión que sufren los afectados por algún trastorno mental puedes enviarlo a la siguiente dirección de correo unomas@fundacionmanantial.org. Estaremos encantados de escucharte y ayudarte.
En varias ocasiones he llamado al samur social, y me han dicho que han hablado con la persona y que no se puede hacer nada. Es cierto que son invisibles
Quizá no haya tanta diferencia de estar tirado en la calle o en la sociedad. En el mejor de los casos sintiéndote un peldaño por debajo a todos los efectos y ante cualquier circunstancia. Y no es ningún complejo; se trata de la auténtica realidad.
Por otra parte yo no sé cómo cada cual a llegado al estado que ha llegado ni si tiene ases en la manga.
"Escepticismo existencial."
Quizá no haya tanta diferencia de estar tirado en la calle o en la sociedad. En el mejor de los casos sintiéndote un peldaño por debajo a todos los efectos y ante cualquier circunstancia. Y no es ningún complejo; se trata de la auténtica realidad.
Por otra parte yo no sé cómo cada cual ha llegado al estado que ha llegado ni si tiene ases en la manga.
"Escepticismo existencial."
Muchas gracias por vuestras aportaciones. Me hace mucho bien saber que lo que escribimos otros compañeros y yo os llega. Un afectuoso saludo.
Enhorabuena por tu post!
Me ha encantado.
Abrazo ;))
Recuerdo hace muchos años hacerme justamente esa pregunta.Como es posible que alguien acabe de esa manera, viviendo en la calle y solo. Tenia la tentación de sentarme cerca y saber algo más. Que pasaba por aquellas cabezas y como era la vida de esas personas. Pero era algo incomprensible, extraño y lejano.
Con la crisis reciente que a casi todos nos ha rozado, hemos visto realidades muy trágicas. Pasar en un momento determinado a formar parte de la vida en la calle no parece ahora algo tan imposible, que siempre le pueda pasar a otro que no soy yo. Años sin trabajo, sin dinero, si a esto le sumas distanciamiento de amigos y familia, soledad, frustación y desesperanza no parece tan dificil terminar forzado a elegir la calle como tu hogar.
Es cierto que la solución no es fácil, y hasta que punto se puede forzar a alguien a elegir un albergue en contra de su voluntad como medida de protección.
Cuando estuve en Copenhague visité Christianian,una ciudad libre autogobernada por las personas que en su día la okuparon y en la que ahora vive gente muy diversa, entre otros personas sin hogar que elijen esta manera de vivir en lugar de ser atendidos en recursos sociales . La teoria es más atractiva que la realidad, pero la verdad es que en Copenhague no encuentras a nadie que viva solo en la calle, y desde luego Christianian, un concepto no ausente de controversia, es todo menos invisible.
[…] Los invisibles | Blog Fundación Manantial A menudo cuando paseo por la Gran Vía de Madrid veo a personas, mendigos sin hogar, que piden dinero. Me llama la atención que estas personas, desgraciadamente, han llegado a mimetizarse hasta tal punto con el paisaje urbano que casi parecen invisibles. Los vemos como si fueran un elemento más (como podría ser un banco o un árbol, por poner dos ejemplos) de la ciudad. etiquetas: salud mental, cultura, relatos cortos usuarios: 1 anónimos: 0 negativos: 0 compartir: sin comentarios cultura karma: 6 (adsbygoogle = window.adsbygoogle || []).push({}); (adsbygoogle = window.adsbygoogle || []).push({}); […]