Blog Fundación Manantial
Blog Fundación Manantial
12/11/2018
«La puerta está abierta, un viaje al inconsciente». Este es el título que le he puesto a mi libro. En él, explico cómo fue mi brote psicótico. Tiene una primera parte en la que explico cómo lo vivía en el momento en el que lo estaba atravesando y una segunda en que describo lo que creo que es, desde mi punto de vista actual. Las dos partes están incluidas en el mismo libro. Todo narrado con total sinceridad, aunque ello me pueda perjudicar. Con la convicción de estar contando la verdad sobre mi brote. Es esta convicción la que me ha hecho encontrar la verdad sobre lo que fue. O, al menos, la verdad que a mi me funciona, la que me ha hecho entenderlo, normalizarlo, conocerlo y así minimizar los síntomas. Explicado sin apenas lenguaje clínico.
El nombre del título se debe a que creo que un brote psicótico es una mezcla entre el mundo consciente (la realidad) y el mundo inconsciente (el de los sueños). Si tú mezclas el color rojo con el color blanco, tienes el color rosa. Pues si tú mezclas la realidad con el mundo de los sueños, tienes un brote psicótico, es decir, alucinaciones, delirios, etc.
En un sueño, veo, escucho y siento cosas que no están pasando de verdad. Y me creo que están pasando. Uno, cuando sueña que estaba cayendo por un precipicio, se despierta alterado, ya que se estaba creyendo que estaba cayendo por un precipicio. Pues en mi brote psicótico ocurrió igual. Veía, escuchaba y sentía cosas que no estaban pasando de verdad. Pero me creía que estaban pasando en la realidad.
Como demuestra la escritura de mi libro, no he huido de él, ni he pensado que lo mejor era olvidar aquellos seis aterradores meses que me duró. No me he negado a mí mismo que ocurrió, para así, intentar anclarme en la realidad, pensando que esto sería lo mejor.
Mi forma de superarlo ha sido adaptándolo a la realidad. Así lo he normalizado, y lo he conocido. Para mí, un brote psicótico, es como un timador: si no sabes que esa persona te quiere timar, te dejas llevar por ella y lo consigue. Pero cuando ya sabes que te quiere timar, cuando lo conoces, cortas por lo sano antes de que la cosa vaya a más. Y así le demuestras que lo conoces y, poco a poco te intenta timar menos, hasta que no te tima.
Estos doce años que he tardado en escribir el libro, no han sido fáciles. He tenido que recordar cada noche que me sentaba a escribir, los peores días de mi vida. Lo fueron, con muchísima diferencia, yo diría casi con infinita diferencia, de otros malos momentos que he podido atravesar en otras etapas de mi vida.
También ha sido difícil porque, en la salud mental, extrañamente, es uno de los pocos ámbitos de la vida en que hay gente que piensa que lo mejor es olvidar los malos momentos. He tenido que arriesgar y no creerme a todas esas voces que me decían que, si no me olvidaba de ello y seguía escribiendo, iba a ser lo peor para mí. He tenido que meterme en un mundo que no conocía, en el cual, existía la firme convicción de que, por hablar o escribir sobre los problemas de salud mental, me iba a “contagiar” e iba a volver a caer.
Pero tengo que reconocer que ha sido maravilloso descubrir que en mi caso no es así. Ha resultado muy bonito descubrir para mí que, como en todos los ámbitos de la vida, hay que conocer a los problemas para poder solucionarlos. Un mecánico tiene que conocer un coche para que haga que éste vuelva a andar. Un electrónico tiene que conocer una televisión para que ésta vuelva a emitir imágenes. Algo que parece tan fácil y tan obvio porque en todos los ámbitos de la vida es así, no lo es cuando en salud mental la mayoría de la gente te dice, extrañamente, lo contrario.
Y yo, he tenido que conocer a mi brote psicótico, a mi trastorno, para que no influya negativamente en mi vida. Tengo que conocerlo, no negarlo, porque ha sido, es y será una parte de mi, siempre. Tengo que reconocerlo y quien sabe, quizá esa parte de mí que no conocía ni quería conocer, quizá al querer conocerla, al tratarla positivamente, se vuelve mi amiga y nos podemos dar la mano, y nos ayudamos mutuamente, al reconocerla como mía.
Quién sabe, quizá lo que conocemos como un trastorno, como algo negativo que intentamos suprimir para alcanzar la sanación, como si de un virus o una enfermedad, no es así, y quizá la sanación no es la supresión de éste sino la mutación de algo negativo a algo positivo. Quien sabe si quizá el término sanación no es el correcto y el correcto es el de recuperar una parte de mi, que consideraba negativa para convertirla en positiva.
Bien, pues ese cambio, creo haberlo conseguido con la escritura de mi libro. He hablado de seis aterradores meses y de timadores al describir mi brote psicótico. Pero cuál fue mi sorpresa cuando tenía el brote psicótico completamente descrito ante mí y me pude dar cuenta de que aquellos seis aterradores meses no habían sido en vano. Que al timador se le podía convencer de que formábamos parte de un mismo ser y que juntos nos iría mejor, y que podía ser que el timador fuese yo al negar esa parte de mí.
Pero lo que pasaba es que esas dos partes de mí diferenciadas, se tomaban la una a la otra como timadores. Y que, si yo conocía a esa otra parte, esa otra parte me conocía a mí, y así lográbamos el respeto mutuo y continuábamos el camino juntos.
Todos somos puertas al inconsciente porque todos tenemos consciente e inconsciente. Y mi brote psicótico ocurrió cuando abrí esa puerta. Cuando se me mezcló el consciente con el inconsciente, la descripción o la interpretación que hacía de mi brote psicótico teniendo estas dos partes de la mente fusionadas, es decir en lenguaje “consciente e inconsciente fusionados”, era que había “abierto una puerta”. Abrir una puerta, en el lenguaje de mi “consciente e inconsciente fusionados” quiso decir que, podía ser capaz de interpretar lo que había en mi inconsciente y traerlo al consciente, al haber abierto esa puerta mediante un brote psicótico.
Bienvenidos a La Puerta Está Abierta. Un viaje al inconsciente. Un viaje de ida y vuelta, donde me fui con la maleta vacía y la traje llena.
Alfonso Gálvez, autor del libro La puerta está abierta.
Librerías de Madrid donde se puede encontrar el libro:
LIBRERÍA MAYO (5)
Paseo de la Esperanza, 19, 28005, Madrid.
LIBRERÍA DYKINSON (2)
Calle de Meléndez Valdés, 61, 28015, Madrid.
LIBRERÍA PAPELERÍA LAS ROZAS (5)
Calle Romeral, 5, 28231, Las Rozas de Madrid, Madrid.
LIBRERÍA LOURDES (5)
Calle de San Juan,3, 28823, Coslada, Madrid.
LIBRERÍA MAYI (3)
Avda de Canillejas a Vicálvaro, 69, 28022, Madrid.
LIBRERÍA CARMEN
Calle Reina Victoria,32, 28982, Parla,Madrid.
Páginas web donde se puede encontrar el libro:
http://editorialcirculorojo.com/
https://www.libreriacarmen.com
http://www.libreriapadrerafael.es
Páginas web donde se puede encontrar el libro en formato ebook:
http://editorialcirculorojo.com/
Páginas web donde se puede encontrar el libro en formato kindle:
Deja una respuesta