Hay veces en la vida en el que a uno no le apetece descubrir otras realidades. Ya sea por vaguería, o por simple desinterés. Unas veces acertamos en el pronóstico, y otras no. Pues bien, este ha sido mi caso. Me llamo José Tomás Agudo. Soy miembro del Centro de Rehabilitación Laboral «San Blas», y algo relacionado me pasó con la Quinta de Torre Arias.
Cuando mi bendito jefe Alfonso (bendito por la paciencia que tiene) nos espoleó a comenzar un artículo sobre la mencionada Quinta, pensé “madre mía, otro rollazo del jefe”. Pasaba el tiempo y mi pensamiento seguía. No parecía tener ninguna motivación para elaborar el artículo, y lo que es peor, para trabajar en equipo (una de las tareas que más me cuesta, por cierto).
Y llegó el día en que Alfonso me ordenó (afortunadamente) acompañarles a él y a mis compañeros en su visita a la Quinta. Y todo cambió. No pudo estar más acertado a la hora de darme esa orden. Descubrí en la Quinta un lugar maravilloso donde ese campo que tanto me gusta (el gusto por el campo lo he heredado de mi padre) se mostraba tal cual yo siempre lo conocí: limpio, impregnado de un olor que solo yo podía “descodificar”, verde y alegre.
Durante toda la visita estuvimos guiados por dos profesionales, Olga y Dani. Sabían perfectamente de nuestro tipo de patología, y con todo y con eso, se mostraron encantados. Fuimos desvanando preguntas en un larguísimo interrogatorio, preguntas que respondieron como solo los entendidos en la materia pueden hacerlo.
Hicimos un extenso trayecto, recorriendo todas las maravillas y recovecos del lugar. Salvo el Palacio (no estaba listo para ser visitado) lo vimos todo: los árboles, el huerto (lugar en el que, en el futuro, cualquiera podrá cultivar lo que quiera), el invernadero, las vaquerizas, las caballerías,…
Fue un día inolvidable. Nunca estaré lo suficientemente agradecido por tener el privilegio de haber conocido aquel lugar. Sí, digo bien, privilegio, por la siguiente razón: hay visitas guiadas, pero la gente no puede ver ni la mitad de lo que nosotros tuvimos la posibilidad de ver. Yo me encargué personalmente de comentar a los profesionales que iniciativas como la de nuestro Centro de Rehabilitación Laboral son de gran ayuda a la hora de contrarrestar el rechazo que la gente tiene hacia la enfermedad mental, dado que así trabamos contacto con ¿personas sanas? sin tener que esconder nuestra condición de personas con trastorno mental. Algo muy necesario. Solo me cabe esperar una cosa: que podamos ver cómo esta Quinta se abre al público en su totalidad.
Es por todo ello que nos hemos decidido a realizar el vídeo que hemos hecho en TOLPA Producciones, y que podéis ver a continuación, en el cual he tenido el placer de tomar parte como redactor, productor y locutor. Esperamos que os guste.
Enhorabuena Tomy,por el articulo, y por la forma de utilizar la palabra escrita para trasladarme allí…sin desmerecer el vídeo.
Y totalmente de acuerdo que hace falta grandes comunicadores como tu, ejerciendo de redactor y locutor, para quebrar de una vez la distancia inexistente entre "normales" y personas con procesos mentales diferentes a lo desgraciadamente aceptado como "normal".
CHAPEAU compa…
Enhorabuena Tomy,por el articulo, y por la forma de utilizar la palabra escrita para trasladarme allí…sin desmerecer el vídeo.
Y totalmente de acuerdo que hace falta grandes comunicadores como tu, ejerciendo de redactor y locutor, para quebrar de una vez la distancia inexistente entre "normales" y personas con procesos mentales diferentes a lo desgraciadamente aceptado como "normal".
CHAPEAU compa…