“A trabajos forzados me condena
mi corazón, del que te di la llave.
No quiero yo tormento que se acabe,
y de acero reclamo mi cadena.
Ni concibe mi mente mayor pena
que libertad sin beso que la trabe,
ni castigo concibe menos grave
que una celda de amor contigo llena.
No creo en más infierno que tu ausencia.
Paraíso sin ti, yo lo rechazo.
Que ningún juez declare mi inocencia,
porque, en este proceso a largo plazo
buscaré solamente la sentencia
a cadena perpetua de tu abrazo”.
Poema de Antonio Gala
Hoy me sirvo de un poema genial de Antonio Gala titulado A trabajos forzados que, espero me permita una reflexión. Porque es innegable que somos seres sociales y, a veces, sufrimos la condena del «Ministerio de lo normal» dirigido por líderes que velan, no sé muy bien con qué intereses, por difundir aquello socialmente aceptable o valorado. Su función consiste también en condenar con sus múltiples herramientas aquello que, por diferente, se sale de los cánones que establecen. Parece que el impuesto a pagar es directamente proporcional: cuanto más “fuera de lo común” seas, mayor será el esfuerzo para volver a ser uno más.
“Por eso dirijo a ti esta carta, sociedad.
Para que superes tus miedos y así puedas quererme otra vez y no me rechaces.
Para que no sueltes la cadena de acero que nos une,
porque estoy colgando en tus manos y de ti depende mayormente.
Porque de otra manera soy un iceberg en mitad del océano.
Porque ayer quería que me quisieras.
Te buscaba en los rincones de mi cuarto
y luego en las calles más corrientes de la ciudad.
Sin un guiño o un abrazo me condenaste a tu indiferencia,
que es para mí, otro más de tus desdenes.
Sin embargo, hoy me siento con fuerzas,
y te mostraré por mi orgullo herido la evidencia
que, para mí, valen mucho más las diferencias,
que no puedo obviarlas porque son mi esencia,
y que no por seguirte siempre tengo recompensa,
pues si lo hiciera, sería nada más una marioneta.
Hazme un gesto, dame una caricia que me alivie.
No dejes que haga más locuras.
Al fin y al cabo son para ti y llamar tu atención.
Nada más te ruego, sociedad.
Sólo espero que salves tus miedos
y así, me quieras como a UNO MÁS.
Ya sé que no es MUCHO…, pero es TODO.
Y aunque a veces no lo quiera,
te venero aún más en mi soledad.”
Texto y poema de Francisco García Barrera
Si quieres contarnos tu experiencia o denunciar algo relacionado con el estigma o la exclusión que sufren los afectados por algún trastorno mental puedes enviarlo a la siguiente dirección de correo unomas@fundacionmanantial.org.
Estaremos encantados de escucharte y ayudarte.
Ole y ole, Paco!!!. Menudo poeta estás hecho. Desgraciadamente, así es, esta sociedad en la que vivimos tiende a rechazar todo lo diferente, lo que se sale de la mayoría, de lo común. Y esto supone un handicap a los que estamos en minoría, que tenemos que demostrar que valemos como la mayoría y que como ellos somos normales. Un abrazo y enhorabuena.
…intentaré seguir tu consejo. Lo haré por tí y por mí, fiel amigo.
Lo haré porque aún hoy, son más las diferencias que nos unen.
No dejes de darme tu punto de vista, no sería igual sin esa otra dimensión.
Y me pregunto querido amigo, que pasaría si en vez de gigantes fueran molinos lo que Don quijote veía. Me pregunto, cómo de árido e irreal hubiera sido el camino de los cinco siglos que nos separan, cuanto de banal hubiéramos podido soportar. Cuanto de ordinario cabría hoy en día sin el honor que defender de una Dulcinea.
¿Quién dice que son molinos? Bruuuuuufff. ¡Ese dichoso "Ministerio de lo normal" ya está haciendo de las suyas de nuevo!. Aún lucho contra ese terrible sin sentido que supone vivir un estándar, amigo.
Sabes como yo que no es fácil, y en esas estamos, porque si creo que la amistad y el amor es una de las pruebas más grandes que un hombre deberá salvar.
Ole y ole, Paco!!!. Menudo poeta estás hecho. Desgraciadamente, así es, esta sociedad en la que vivimos tiende a rechazar todo lo diferente, lo que se sale de la mayoría, de lo común. Y esto supone un handicap a los que estamos en minoría, que tenemos que demostrar que valemos como la mayoría y que como ellos somos normales. Un abrazo y enhorabuena.
Gracias por tu apoyo!! Un abrazote.
Muy buena pluma Paco, nunca dejes de escribir y no lo digo por ti, lo digo por los que nos gusta leer tus textos.
Un abrazo
…intentaré seguir tu consejo. Lo haré por tí y por mí, fiel amigo.
Lo haré porque aún hoy, son más las diferencias que nos unen.
No dejes de darme tu punto de vista, no sería igual sin esa otra dimensión.
Y me pregunto querido amigo, que pasaría si en vez de gigantes fueran molinos lo que Don quijote veía. Me pregunto, cómo de árido e irreal hubiera sido el camino de los cinco siglos que nos separan, cuanto de banal hubiéramos podido soportar. Cuanto de ordinario cabría hoy en día sin el honor que defender de una Dulcinea.
¿Quién dice que son molinos? Bruuuuuufff. ¡Ese dichoso "Ministerio de lo normal" ya está haciendo de las suyas de nuevo!. Aún lucho contra ese terrible sin sentido que supone vivir un estándar, amigo.
Sabes como yo que no es fácil, y en esas estamos, porque si creo que la amistad y el amor es una de las pruebas más grandes que un hombre deberá salvar.
Un abrazo con todo mi aprecio y respeto.
Paco.
Que bonito Paco, tod@s unidos y abrazad@s!
😉
que bonitas palabras Francisco García
Gracias