Blog Fundación Manantial
Blog Fundación Manantial
15/09/2015
¿Podré cambiar el chip algún día? Espero que sí
Hace una semana volví al Centro de Rehabilitación Laboral después de finalizar un curso de inglés. Me sentí contento de ver a los compañeros que no habían cogido vacaciones. El Centro de Rehabilitación Laboral y el Centro de Rehabilitación Psicosocial son para mí una segunda casa, y las personas que acuden allí me parecen muy cercanas. Todos somos iguales, y pienso que si me pagaran un sueldo (hay otros países más avanzados que el nuestro, en los que sí que recibes una pensión en condiciones por tener una enfermedad mental), sería muy feliz levantándome cada mañana para desarrollar mi labor en el Centro.
Desgraciadamente, para nosotros el estado del bienestar brilla por su ausencia. Además, el que quiere estudiar o trabajar, tiene que enfrentarse a las mismas dificultades que el resto de los mortales. O a más, porque la mayoría de nosotros tuvimos la mala suerte de empezar a tener este tipo de problemas cuando estábamos estudiando, con la consiguiente ruptura en nuestra vida y, a menudo, el largo proceso de reinserción que las personas sin diagnóstico no sufrieron.
Tomo como ejemplo mi caso: varón, 38 años, estudios superiores sin finalizar y experiencia laboral de dos años y medio como conserje. ¿A qué trabajo puedo aspirar? Consciente de que estudiando aumentaré mis posibilidades de encontrar un trabajo que me guste, quiero formarme en el campo de nutrición y dietética. Todo esto suena muy bien, pero creo que se me va a hacer muy duro acudir dos años lectivos (o más) a un instituto. ¿Por qué? Pues porque cojeo en las relaciones sociales. No soy un chico difícil de tratar, pienso yo, pero se me hace un mundo tener que pasar una gran parte de mi vida relacionándome con gente que, probablemente, nunca sabrán que llevo dentro algo que ellos rechazarían totalmente si fueran conscientes de mi problema. ¿Me estoy autoestigmatizando? Es muy probable. Pero a día de hoy, sigo pensando que lo de contar que tienes una enfermedad solo te causará más dificultades. Y no por parte de la gente con la que estudias o trabajas, sino más bien por las películas que yo mismo me montaría si supiera que ellos lo saben. A veces intento ser realista y me pregunto qué es lo menos malo: que lo sepan y que algunos te cuelguen el sambenito, o que no lo sepa nadie y vivas con ese temor a ser “descubierto” intentando parecer “normal” a toda costa. Casi parece mejor lo primero, ¿no?
Y es que yo no sé quién va a aceptar mi trastorno como una parte más de mi personalidad y quién va a ver mi problema como un todo, eclipsando el resto de las virtudes y defectos que el 100% de las personas tenemos.
Es un tira y afloja muy difícil de sobrellevar: por un lado, quieres que te traten como a uno más; por el otro, sabes que existen muchos prejuicios. Quieres normalizar tu vida y formar parte de la sociedad con tu particularidad, pero sabes que abrirte y exponerte te hará más vulnerable.
Supongo que, pudiéndose aplicar lo que pienso a mi colectivo en general, cada persona es un mundo y vive su circunstancia como puede y quiere. A algunos les va bien y a otros no tanto.
En fin, espero ser aceptado en este instituto con mi timidez y amabilidad, siendo despistado y aplicado. Y ojalá que el roce con la gente me permita ver que las personas no son como jueces, sino que tal vez el juez soy yo mismo. ¿Podré cambiar el chip algún día? Espero que sí.
Álvaro Villalón
Si quieres contarnos tu experiencia o denunciar algo relacionado con el estigma o la exclusión que sufren los afectados por algún trastorno mental puedes enviarlo a la siguiente dirección de correo unomas@fundacionmanantial.org. Estaremos encantados de escucharte y ayudarte.
Hola buenos dias alvaro te hablo desde mi propia experencia que mi caso es muy semejante al tuyo me veo muy reflejada en ti te digo que si tu te lo propones y quieres cambiar eso de ti te doy muchos animo para que lo hagas porque te aseguro que tu lo puedes conseguir como yo lo hice mucho animo y para adelante que nosotros a pesasr de como estamos podemos conseguir hacer todo aquello que nos proponemos y llegaremos a felicitarte el dia en el cual superes esa barrera mucho animo beso
Suscribo lo que te dice mi compañera Florentina, Alvaro. Piensa que somos "normales", más de lo que nos pensamos, ¡lo dicen hasta los médicos! ¡creámoslos!. Se puede hacer vida "normal", salvo algunas cosillas como la medicación, etc… Podemos estudiar – tu lo has hecho -, trabajar, tener amigos… incluso hay quien ha formado familia. No nos pongamos más limitaciones, ni dejemos que nos las ponga la sociedad, que a menudo atiende más a estereotipos falsos y no reconocen el mérito de una persona discapacitada estudiando o trabajando codo con codo con los demás.
A mi me da la sensación, Álvaro, que el juez que llevamos dentro a veces es más duro que todos los jueces externos. Yo me he juzgado y me juzgo y me critico, aunque cada vez menos, quizás gracias a todo lo que estoy aprendiendo en mi trabajo. Creo que si empiezas en ese instituto, aunque seas tímido, hará que te relaciones más, tu autoestima mejorará con tus progresos y a tu vuelta a tu CRL y ojalá a un trabajo en el futuro te sentirás muy satisfecho contigo mismo y lo animarás a algunos de tus compañeros a hacer lo mismo. La vida es un continuo aprendizaje, a mi parecer, y yo hace muchos años que salí del "armario mental" y creo que me vino bien (esto no implica contar a los cuatro vientos "lo mío"). Es más, no he dudado en contárselo a dos nuevos amigos que no tienen trastorno… y me han aceptado como la persona que soy, con mis virtudes, mis defectos y mi discapacidad. Muchas gracias por tu artículo y mucho ánimo!!
Gracias por vuestros comentarios, me aportan mucho. Estoy de acuerdo contigo, Marcos, en que la vida es un continuo aprendizaje. Yo también he salido del "armario mental" para algunas personas y no me han dado la espalda. También estoy de acuerdo contigo en que es mejor no ponerse límites y no hacer caso a los que la sociedad nos pone. Tenemos que desarrollarnos, como cualquier otra persona, e intentar ser felices. Florentina, me alegro de que hayas sido capaz de salir adelante y de tu confianza en mis futuros progresos. Un abrazo.
Animo Álvaro. Un abrazo y felicidades por el texto.
Alvaro, por favor no pienses que jamas te va a abandonar la sensación de auto critica tan severa que nos auto imponemos, no puedo decirte rotundamente que exponer tu experiencia sea el mejor modo que desaparezca, cada persona es diferente, me quedo con esa frase tuya,cada persona es un mundo, y a unos les funciona y a otros no.
Pero en todo caso jamas dejes de compartirlo porque son una fuente de estimulo para los que estamos pasando por situaciones parecidas.
Y ya que has tenido y tienes cada vez que escribes el valor de compartir…me parece justo corresponder…ahí va…sabes como voy logrando que cada vez mi interior sea menos critico conmigo y que cada vez me importe menos lo que piense la gente…pues con cada paso difícil que he superado…CUALQUIERA,cuando me enfrento a una decisión o a un reto ya te he dicho cualquiera, joder me acuerdo de lo que hasta ahora he conseguido, y lo mal que lo he pasado, y me respondo en mi interior: "si he superado aquello..esto que voy a hacer puedo, ya me he demostrado que he podido" y así voy construyendo.
Y comparto contigo una frase que repetí con saciedad desde que mi hijo, que ya tiene 25 años le decía " NO TE CONFORMES" y lo jodio es que los niños hacen lo que ven no lo que dices…ahora esta felizmente casado…un abrazo de un compañero de trabajo y compañero de viaje.
Es justo tu has compartido…
Gracias Paco y Efrén. Efrén, me ayuda mucho conocer tu punto de vista: si hemos conseguido adaptarnos o enfrentarnos a un trastorno psiquiátrico, ¿Por qué vamos a tirar la toalla ante otros "retos"? Me parece genial lo que le has venido diciendo a tu hijo: NO TE CONFORMES. Tienes razón. Si algo de lo que te rodea, o tú mismo, quieres cambiar, ¿Por qué no intentarlo, al menos? Un saludo. Nos seguiremos viendo en el blog.
Soy el marido de una compañera vuestra que quedé impresionado del buen trabajo que se hace con las personas con alguna enfermedad mental, sobre todo en el terreno de la reinserción social. Un buen ejemplo de ello eres tú Álvaro. Sigo todas tus opiniones que nos hace ver a la sociedad las enfermedades físicas del cerebro (mentales) con la misma normalidad que las de otra parte de nuestro cuerpo. Me encantaría, como administrador de una web de información sociosanitaria, contar en alguna ocasión con alguna colaboración tuya y de más compañeros que leo aquí. Es bueno potenciar, en el terreno informativo, todo lo que sale de vuestras mentes en forma escrita, para que la sociedad cambie el chip, no sólo tú, yo como familiar de una persona con enfermedad. Recibe un fuerte abrazo y mi felicitación por cómo expresas lo que a tod@s nos gustaría expresar.