Blog Fundación Manantial
Blog Fundación Manantial
31/08/2016
¿Cómo echar afuera los demonios que llevo dentro?
Todos nos guardamos en nuestro interior varios o gran parte de nuestros problemas, ya sean relacionados con la enfermedad mental o no, ya bien por culpa del estigma o por el aislamiento social derivado de la enfermedad mental, y estos pueden acabar enquistándose y acrecentándose, ya que generan una serie de emociones y pensamientos negativos asociados a ellos que no siempre somos capaces de gestionar o apaciguar.
Pues bien, está más que demostrada científicamente la utilidad del arte y sus distintas disciplinas como canalizador de estos pensamientos y emociones, que se vuelven tóxicas y dañinas con el tiempo, y es incluso llevado a la práctica en muchos hospitales y centros psiquiátricos como terapia.
Y diréis: ¿Cómo plasmo todo lo que llevo dentro a través de alguna disciplina artística?
Si nunca lo habéis hecho quizás tengáis miedo a enfrentaros a una hoja o a un lienzo en blanco, por ejemplo; quizás no os sintáis capaces de entonar una canción o de tocar un instrumento por falta de habituación, habilidad o conocimientos técnicos; quizás os sintáis torpes para modelar con arcilla, plastilina u otros materiales o quizás os sintáis vergonzosos para dedicaros a las artes escénicas,…
Lo primero que debéis tener en cuenta es que nadie nace sabiendo ni con súper habilidades en ningún área de la vida, todo tiene que ser aprendido y entrenado para poder desempeñar las distintas tareas, ya sean cotidianas, artísticas, o del tipo que sean. Con un poco de constancia, perseverancia, empeño, ánimo y ganas sí se puede. Se puede aprender y desarrollar una metodología y un estilo propio en un arte en concreto o incluso en varios. Todo es proponérselo y echar a andar en la disciplina seleccionada o aquella que hayamos comprobado que se ajuste más a nuestras capacidades, necesidades, gustos o expectativas.
Un buen principio es una buena introspección antes de la toma de contacto con el medio seleccionado, una buena mirada a nuestro interior, un pequeño autoanálisis para saber cómo estamos y qué sentimiento, pensamiento o emoción queremos plasmar en este acercamiento al arte como catalizador de la catarsis, que esperamos se lleve a cabo en el proceso artístico, sea cual sea el resultado y más allá de que sea estético o bonito.
De lo que se trata es de liberar ese germen que está provocándonos inquietud, e incluso malestar en ocasiones, debido a no saber gestionar ni diluir las emociones, pensamientos o sentimientos negativos.
No esperamos una obra de arte de buenas a primeras ni un virtuosismo en tal o cual disciplina, sino que esperamos crecer y desarrollarnos, aprender y trascender, expulsar lo que nos atormenta y nos hace daño o nos causa molestia, todo ello a través de un proceso, cuanto menos, enriquecedor.
¿Te atreves a dar el paso? Busca tu disciplina y lánzate a ello, expresa a través de las distintas artes lo que sientes y/o lo que necesites expresar. Conviértelo en una nueva afición liberadora de tus males y disfruta con ello. Todo es ponerse. Recuerda que, como en todo ,cueste más o cueste menos, si quieres, puedes.
Por Pedro A. Lara.
Imagen: Campo de trigo con cuervos de Vincent Van Gogh.
Deja una respuesta