Después de leer y disfrutar el sensible, excelente y acertado artículo de Miguel Ángel Rizaldos publicado en Huffington Post el 15 de abril de 2014 cuyo título es “Es José, no es un esquizofrénico”, solo puedo dar gracias de que haya profesionales tan humanos y concienciados como él.
Pero también querría hablar sobre el impacto que me ha producido un párrafo del escrito en particular, al que me refiero a continuación.
El autor dice que la información sobre enfermedad mental no modifica la conducta hacia la persona que padece un trastorno psíquico, sino que es la propia experiencia (trato con la persona) la que derriba los prejuicios. Estoy de acuerdo en parte, pero me da miedo pensar que únicamente las personas que tratan con nuestro colectivo puedan llegar a comprendernos y ayudarnos. ¿Qué pasa entonces con el resto, la gran mayoría de la sociedad? Ellos no conocen o solo lo hacen de manera superficial a un “loco”, siendo muy difícil ( a mi entender) que haya un acercamiento que propicie el trato igualitario.
Relacionado con el nacimiento y fluidez de esta relación, me llamó la atención un cartel que vi en la marquesina de una parada de autobús. Intentaba desmontar estereotipos sobre la enfermedad mental, argumentando que no es cierto que los enfermos mentales seamos personas poco sociables. Aunque invita al trato, es solo información. Me gustaría creer que estas campañas sirven para algo, me daría seguridad, pero puede que tal vez sean ineficaces, como indica Miguel Ángel.
Miguel Ángel invita a despertar el acercamiento entre personas con enfermedad mental y personas sin enfermedad mental, y le doy las gracias, creyendo que sería lo mejor. Pero, hoy por hoy, creo (es solo mi opinión) que la gente no se interesa mucho por intentar entender cómo piensa su vecino o conocido con esquizofrenia o cualquier otra patología psíquica.
¿Será tal vez que somos pocos? No lo creo. ¿Más bien que no luchamos, en todos los ámbitos, que no alzamos la voz ni nos atrevemos a pensar y decir que también valemos, que somos uno más?
Para terminar, querría decir que ojalá que el artículo de Miguel Ángel haya conseguido “incomodar” (como el acertadamente explica) a alguna persona. ¡Me gustaría tanto que los demás y nuestro colectivo fuéramos uno y avanzáramos juntos por este difícil camino! Se necesita valentía, optimismo y lucha. Sobra incomprensión y estigma. De todo corazón, gracias por tu escrito, Miguel Ángel.
Álvaro Villalón Mateos
Una respuesta a “Acerca de un escrito maravilloso”
Álvaro, muchas gracias por dedicar este post a mi articulo del Huffington Post. Me hace sentir muy bien que lo valores. La verdad es que esta hecho desde el cariño a mi trabajo y a las personas con las que trabajo día a día.
Un abarazo.
Miguel A.
Álvaro, muchas gracias por dedicar este post a mi articulo del Huffington Post. Me hace sentir muy bien que lo valores. La verdad es que esta hecho desde el cariño a mi trabajo y a las personas con las que trabajo día a día.
Un abarazo.
Miguel A.